I Hace unos días me quería ir a la mierda. Eso ya lo resolví. Me compré un boleto y me voy a Buenos Aires. Y tal vez a Montevideo. Pedí mis vacaciones pero no fue sencillo de explicar que las necesitaba con urgencia para irme a la mierda. Al parecer ellos no han experimentado esa necesidad. Me pareció tan raro. Al final accedieron y me las dieron para dentro de un par de meses. Por ahora la mierda tendrá que esperar, y mi carrera como trapecista profesional también.
II Me levanté sintiendo que esas cosas que hasta ayer me preocupaban mucho, pero que no puedo cambiar por ahora, hoy ya no eran tan importantes. Corrí las cortinas y me percaté que el día estaba tibio y bonito. Y con una gran determinación puse mis dos pies desnudos en el piso frío y tomé una decisión. Hoy voy a cambiar un poco: No me voy a quejar. Hoy todo me sabe a mierda. Estoy segura que ahora sí me pasará algo bueno.
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