martes, 15 de diciembre de 2009

gente que se gusta en el metro

Te montaste en el metro y sacaste un libro, que para mi sorpresa era el mismo que estaba leyendo: Los astronautas de la cosmopista o Un viaje atemporal a París Marsella. Lo busqué en el fondo de mi bolso, y al sacarlo salieron también un labial color strawberry chic y un llavero que dice I love NY. Fuck! va a creer que soy una chica tonta y superficial. Coloqué el libro tapando mi cara para que te dieras cuenta de que estabamos leyendo lo mismo, y pensaras que era una chica astuta y profunda. Tal vez así te interesaría iniciar una conversación conmigo. Es aburrido, dijiste. También dijiste que eras persistente y que sólo por eso lo leías. Pensé que eras un poco arrogante y me dieron más ganas de seguir intentándolo. Grité Charly y tú gritaste Los Redondos. Luego dije Arequipe y tú dijiste Dulce de Leche. Grité LENNON!!! y tu dijiste con voz calma y tranquila George. Yo dijé BEATTLES!!! y tú Rolling Stones. Dijiste Thoreau y pensé con razón. En la estación Zoológico me halaste por un brazo y me dijiste que creías que me amabas. Me llevaste corriendo por el medio de la gente y en una plaza me compraste un algodón de azúcar. Eres un poco histérica, pero también muy linda. Tal vez pudiéramos ir algún día al cine.Mejor algo más neutro como el teleférico.

una historia muy linda

Nos encontramos en la parada del metrobus y me preguntaste que si quería que nos escapáramos juntos. Si la respuesta era afirmativa debía pegar un agudo grito y si era negativa debía lanzar una carcajada desbaratada. Los pasajeros dispuestos a abordar quedaron ensordecidos ante mi aguda respuesta, y nos fuimos corriendo tomados de la mano hacía la plaza altamira, mientras lanzábamos gritos de guerra. Me preguntaste mi nombre y decidí por esta vez ser Eugenia. Me parece que las Eugenias son chicas muy regias. Tú escogiste Matías, porque sabes que me encantan los nombres sureños. Nos compramos un helado cada uno: tú un bati bati y yo un crema real, y nos sentamos en un banquito, al lado de unos niños con olor a lápiz. Le pedimos a un desconocido que nos tomara una foto con tu cámara polaroid. El helado se escurría por mis manos y tu forzabas tus mandíbulas para masticar la bolita de chiclet sorpresa que encontraste al fondo del vasito de tu helado. Tomaste mis manos empegostadas y me diste un besito en la frente.Te pregunté si nos volveríamos a ver y sólo volteaste y sonreíste, mientas cruzabas la avenida Francisco de Miranda y te perdías entre la gente. Fuck! La próxima vez probaré ser Anastacia. Me reiré más y hablaré menos. O tal vez intente ser yo misma. Quizas así se quede un rato más.

And I will sing, waiting for the gift of sound and vision


Drifting into my solitude, over my head

viernes, 11 de diciembre de 2009