Ella le pasa por el enfrente mientras aparta con el dedo índice un mechón de cabello que le cubre parte de la cara. Una suave sonrisa, que parece más una mueca, se dibuja sin permiso. A ella le gusta imaginar que ese encuentro tímido y silencioso de miradas que casi hablan, es intencional y no consecuencia de un scanneo que él hace de ese salón destinado a la reunión de los que están muy ocupados para buscarse.
A él le gusta creer que cuando ella atraviesa ese salón, sus ojos lo buscan para detenerse, por un segundo, tal vez dos, sobre los de él. Los nervios lo invaden y él la evade. En ese momento el tiempo se hace más lento y todo lo que lo rodea pareciera detenerse. Pero él no tiene la certeza. Ella tampoco. Transcurre un segundo, tal vez dos. Ella sigue su camino. Él sigue el suyo. Son ideas mías piensa ella, y él también.
1 comentario:
Hola little wing,
Me contentó mucho leer el comentario que dejaste en mi blog. Creía que sólo a mí me gustaban ese tipo de películas. Creo que inconscientemente escribo estas cosas para compartirlas con los que me leen, así que me sentí muy bien al saber que había otra persona que le gustaba el que, en mi opinión, es el mejor cine del mundo: el argentino.
No sé si vives en Caracas pero te recomiendo que vayas a ver "Las mantenidas sin sueños", la mejor película argentina que he visto en el último par de años. La están pasando en el Paseo Las Mercedes.
Qué fino también lo de las coincidencias con París! Qué fino tu comment!
Bueno, bienvenida a mi blog y, si quieres, me buscas en facebook:
Victor Marín Viloria,
un gran abrazo
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