sábado, 20 de septiembre de 2008

Things seem so much better when they are not part of your close surrundings

Así como:


  • Tomarme un café guayoyísimo por las mañanas inmediatamente después de un baño de agua tibia.
  • El mocaccino por las tardes en que hace frío.
  • Las galletas de limón al chocolate siempre que veo una película triste.
  • Tomar fotos de vitrinas que exhiben objetos raros.
  • Leer el periódico de atrás para adelante.
  • Masticar a la vez tres tridents de fresa con jugo de limón.
  • Las fotos a contraluz.
  • Las bolitas de chocolates rellenas de naranja.
  • Escribir partes de canciones en las esquinas de las hojas de mis cuadernos.
  • Comtemplar un atardecer.


Así como esos placeres simples que agudizan los sentidos para el disfrute de cada minúsculo segundo y que no necesitan de otro para llevarse a cabo.

Así como esas experiencias secretas y discretas cuya trascendencia es equivalente a la extensión de tiempo que perdura el estímulo sensorial, y que durante su duración logran iluminar mi mirada, pintar una sonrisa en mi cara, dejar escapar unos cuantos suspiros e incrementar mi ritmo cardíaco.

Así como esas rutinas hedonistas de las que no espero obtener nada. Así como esas cosas tan cotidianas que sólo comparto conmigo. Así me gustas… y no quiero que lo sepas.

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