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Supe que era una etapa superada de mi vida el día que volví a usar ese prerfume y olía sólo a mí, y no a él conmigo; cuando las reminiscencias de ese olor volvieron a ser mañanas cálidas después de un baño de agua tibia y ganas de comerme al mundo. Ese día me dí cuenta que mi perfume de toda la vida no olería más a nostalgías, y que no traería más remembranzas de pérdidas. El vacío en el estómago cada vez que intentaba usarlo desapareció, y yo volví a recuperar una parte de lo que me constituye y me determina; eso que me identifica y que forma parte de mi escencia. Volví a recuperar mi olor y el de mis días. Volvía recuperar aquello que era sólo mío.
1 comentario:
Que misterio tan fascinante los aromas, que nos transportan a remembranzas de un pasado mejor o peor pero en esencia un pasado que parece en un presente certero y lleno de futuro.
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